VENTA

Al comprar una vivienda de nueva construcción, se paga un 10% de IVA (Impuesto de Valor Añadido). Pero si la vivienda es usada se paga el ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales). Aunque también existe la posibilidad de pagar el IVA por una vivienda usada, en lugar del ITP, si se cumplen ciertas condiciones.

En la venta de un inmueble se debe pagar el impuesto de la renta (IRPF, si eres residente; IRNR, si no lo eres) por la ganancia que se haya obtenido en la venta, y por la plusvalía, si ha habido un incremento de valor durante la propiedad.

ALQUILER

Si la vivienda se pone en alquiler y no te dedicas profesionalmente a esta actividad, la ganancia obtenida se declara en el IRPF o IRNR (dependiendo si eres residente español o no). Esta ganancia se calcula restando a los ingresos obtenidos todos los gastos, pagados por el propietario, que se han efectuado durante ese periodo (seguro, reparaciones, comunidad, IBI, etc), así como la amortización del valor de la construcción, de los muebles e instalaciones. El alquiler destinado a vivienda habitual lleva un descuento adicional del 60% sobre los ingresos netos. Aunque, injustamente, esta reducción sólo se aplica si eres residente español y tributas el IRPF. Si alquilas una propiedad que no va a ser utilizada como primera vivienda (para desarrollar un negocio, o para alquiler vacacional, por ejemplo) además debes añadir un 21% de IVA al precio del alquiler, que no va a ser incluido en el cálculo del IRPF/IRNR.

USO PROPIO

En el caso de tener una propiedad que no es vivienda habitual ni tampoco se alquila, será necesario declarar un “rendimiento ficticio”, que se calcula aplicando un porcentaje al valor catastral (que aparece en el IBI) y se paga en el IRPF/IRNR. Existen algunas excepciones a este pago, pero todas las viviendas destinadas a vacaciones deben declararlo.

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